Las elecciones tienen sus particularidades. Y cuando escuchas algunas historias detrás de escena, te da la impresión de que muchas personas involucradas en una campaña tienen el coraje de amamantar a un jaguar. Esta semana aprendí algo escalofriante.
Desesperado ante la posibilidad de una derrota, un asesor especial de uno de los candidatos a la alcaldía de Paulo Afonso tuvo el coraje de prestar su cuenta bancaria para recibir un Pix de R$ 150.000.
Olvidó que todo dinero movido a una cuenta sin origen se considera blanqueo de capitales. Las elecciones ya pasaron, pero ahora Coaf quiere saber quién donó el dinero y qué candidato se benefició. Esto va a ser un desastre. Espera y verás.
A petición de la fuente, se retendrán los nombres de los involucrados en esta "transacción loca, sucia e inapropiada".